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La salud en el aire

Lorenzo J. de Rosenzweig

Lorenzo J. de Rosenzweig

📰 El NorteMar 07, 2025

La salud en el aire

La Ciudad de las Montañas enfrenta una crisis silenciosa y letal.

En 2023 la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) experimentó 213 días (58% del año) con niveles de partículas menores a 10 micras (PM10) por encima de los estándares diarios de salud mexicanos.

Las partículas menores a 2.5 micras (PM2.5) sobrepasaron la norma durante 83 días (23%) ese mismo año. No son solo cifras; son periodos en los que nuestros pulmones, especialmente los de nuestros niños y adultos mayores, se vieron forzados a filtrar un cóctel tóxico de partículas y compuestos químicos.

La realidad es alarmante: la concentración promedio anual de PM2.5 en la ZMM es entre 4 y 5 veces superior al valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

La contaminación en Monterrey es un reto sistémico, es decir, un desafío complejo y multifactorial.

Por un lado, tenemos la refinería de Cadereyta y las termoeléctricas, fuentes de energía que alimentan nuestra economía, responsables de buena parte de las emisiones de dióxido de azufre en la ciudad.

Por otro, el elevado número de vehículos privados, públicos y de carga que, ante la ausencia de un sistema de transporte público funcional, contribuyen significativamente a la polución con óxidos de nitrógeno y partículas.

A esto se suma una industria pujante, motor de nuestra economía, pero también fuente importante de contaminación.

Igualmente, un crecimiento urbano que ha olvidado la importancia de los ecosistemas, paisajes, y espacios verdes que nos rodean, la peculiar topografía de una ciudad asentada entre montañas y las condiciones meteorológicas, tan particulares de nuestra ciudad en los meses de invierno, que frecuentemente generan inversiones térmicas.

Frente a esta realidad compleja y asfixiante, la sociedad civil de la ZMM ha decidido no quedarse de brazos cruzados. La reciente formación de la Alianza del Aire Nuevo León es un testimonio de esta lucha por el aire limpio en la cual el conocimiento debe ser nuestro guía.

El Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Area Metropolitana de Monterrey (OCCAMM juega u n papel clave en la recopilación y análisis de datos sobre la calidad del aire y sus impactos en la salud humana.

Sus esfuerzos nos permiten entender no solo la magnitud del problema, sino también su dinámica temporal y espacial para diseñar estrategias efectivas tanto para mitigar las emisiones antropogénicas a largo plazo, como para contar con planes de contingencia que protejan a los habitantes ante episodios severos de contaminación como el vivido el pasado 4 de marzo, justo dos días después de que fuera instalada oficialmente la Comisión Ambiental Metropolitana.

Mejorar la calidad del aire en Monterrey no es una tarea que pueda abordarse de manera aislada. La complejidad de este desafío requiere una respuesta colaborativa, multisectorial y de largo aliento. Precisa diversidad de pensamiento, pero sobre todo de tres elementos, sin los cuales las propuestas quedarán en buenas intenciones. Estos son voluntad política, financiamiento suficiente y estable, y propuestas basadas en la mejor ciencia y conocimiento. Lo anterior apuntalado por un mecanismo ágil y efectivo de gobernanza, representativo de todos los sectores.

Como ciudadanos responsables debemos mantenernos informados y al tanto de la calidad del aire en nuestra localidad. Participar en organizaciones y movimientos ciudadanos, hacer oír nuestra voz en materia de mitigación de la contaminación y derecho a la salud, y adoptar las prácticas sostenibles de vida que estén a nuestro alcance.

Monterrey tiene todos los ingredientes; una sociedad civil activa e informada, instituciones académicas de primer nivel, y un sector empresarial comprometido e innovador. Solo nos falta dar el paso decisivo incorporando espacios colaborativos con representación plural.

La instalación de la Comisión Ambiental Metropolitana, bajo el liderazgo de la Semarnat, como una estructura plural, transparente, y con financiamiento adecuado, es un paso en la dirección correcta.

Esto siempre y cuando esta comisión sea presidida por una persona experta, independiente del gobierno estatal, y opere como un organismo de coordinación técnica, sin vicios ni intereses políticos, con una mayoría de miembros representando la academia y la sociedad civil.

El camino hacia una ZMM con aire limpio es largo, pero no imposible. Ejemplos de ciudades en México y otros países han demostrado que, con voluntad política, innovación tecnológica y, sobre todo, participación ciudadana, es posible sanar el deterioro atmosférico.

La calidad del aire que respiraremos mañana depende de las acciones que tomemos hoy. No cometamos los mismos errores del pasado, este reto no se resolverá solo. El futuro de nuestra ciudad, y la salud de todos, está literalmente en el aire.

contacto@observatoriodelaire.com

Blvd. Antonio L. Rodríguez 2100, Rincón de Santa María, 64650, Monterrey, N.L.